En el presente
artículo trataremos sobre el vestido de nuestro continente, antes de la llegada
de los europeos, el que se llamaba Abya Yala (“Nuestra Tierra”, “Tierra Viva”,
“Tierra Madura”) en el idioma de los pobladores Kuna de Panamá y Colombia.
Para ello
primeramente construiremos un breve marco referencial: conceptual y teórico.
Por vestido entendemos el sistema de
envoltorio material que artificialmente cubre el cuerpo del ser humano.
¿Pero porque nos vestimos? Para contestar
utilizaremos una visión compleja, considerando que el vestido es un producto
socio-cultural, en el que intervienen factores naturales.
FACTORES SOCIALES
DEL VESTIDO
En lo social, el vestuario es consecuencia
de la organización social y de la especialización del trabajo que se crea en un
contexto histórico determinado, refleja por tanto el avance técnico científico:
los instrumentos, las herramientas, la mayor o menor complejidad del proceso de
trabajo en la confección, los materiales empleados (la forma en que se producen
esos materiales, si son naturales o sintéticos).
Expresa los valores ético-morales, como
por ejemplo que zonas del cuerpo se las puede exhibir y cuáles no, considera
por tanto a lo que se califica como pudor, genera las zonas erógenas (zonas del
cuerpo que llaman la atención del otro género), valores y zonas que son
cambiantes conforme cambian las condiciones de desarrollo de la sociedad.
El vestido es un indicador de posición
social, desde cuando surge la sociedad desigual como consecuencia de la
revolución neolítica cerca del año 3000 a de C, señala por tanto a que estrato
social pertenece la persona que se viste de tal o cual manera, forma parte de
los denominados símbolos de status. Inclusive en sociedades que viven en
condiciones de extremo calor (zonas tropicales de África, Asia, América, etc.),
el vestuario es simulado mediante el uso de: pintura y/o tatuaje facial o
corporal, pero mediante simbologías específicas se indica la posición social.
Señala además que:
tipo de rol social o actividad laboral desempeñan las personas; tipo de
recreación pasiva o activa que escogen los individuos para recuperar las
fuerzas físicas o intelectuales invertidas en el proceso del trabajo.
FACTORES
CULTURALES DEL VESTIDO
Definamos el
concepto de Cultura:
Desde el punto de
vista de la Antropología, Cultura es la producción (creación, realización, etc.)
de bienes (productos, artículos, etc.) materiales y espirituales por el ser
humano.
Por tanto, existen
dos clases de Cultura: material y, espiritual
Cultura Material,
es la producción de bienes que tienen un envoltorio o soporte material y por
tanto son tangibles, ejemplos: una estatuilla de cerámica de la cultura
Valdivia, una nariguera de oro de la cultura Tolita, el papel y la revista que
usted amable lector (a) hoy lee, el espacio arquitectónico en el que se
encuentra, sus anteojos-si los usa-, los pantalones jeans, las faldas de lino, etc.
Cultura
Espiritual, es la producción de bienes que no tienen un envoltorio o soporte
material y por tanto son intangibles: las leyendas, las tradiciones, las
costumbres, el conocimiento, las ciencias, las creencias, etc.
Pero el ser humano
como hemos visto genera bienes que tienen un envoltorio material, pero que
también poseen características espirituales, lo material en la música son los
instrumentos, las partituras- hojas de papel- en las que anotamos las notas
musicales; en el vestuario lo espiritual es el diseño, el conocimiento, la
experticia, la pertenencia: étnica, cultural, político-ideológica, etc.
Para entender
otros aspectos que intervienen en el hecho del vestir, partiremos desde otros
conceptos, esta ves desde el punto de vista de la Sociología.
Cultura es la adopción de patrones de
pensamiento, sentimiento y comportamiento que son apropiados por un individuo o
grupos sociales, de su capacidad de transmisión y aceptación por parte de las
nuevas generaciones, las mismas que aceptarán como propios estos tipos de
patrones culturales, o los rechazarán parcial o totalmente.
Alienación, es la
pérdida parcial de los valores culturales propios y su reemplazo por ajenos.
Aculturación, es la perdida total de los
valores culturales propios que son reemplazados por valores culturales
extraños.
LOS FACTORES
NATURALES Y EL VESTIDO
El clima, la intemperie son factores que
definirán las formas y tipos del vestido, así como los materiales que serán
usados en su confección.
En climas fríos se genera el traje forro,
es decir el vestido en el cual nos metemos, ejemplos: un pantalón, el mameluco
que ponemos a los bebés, las túnicas, etc.
En climas cálidos se generan los
drapeados, el vestido consiste en un rectángulo de tela de diferente largo y
ancho con el cual nos envolvemos, unas veces de la cintura para abajo, o
bordeando el cuello y los brazos: el anaco de nuestras indígenas, los chales,
el sari de las hindús, el himatión de los griegos, etc.
Se formarán también los vestidos mixtos o
eclécticos, los que combinan ambas formas, que tienen partes cosidas y otras
abiertas, por ejemplo, el caftán ruso, una chaqueta.
Los materiales dependerán de las plantas y
de los animales que existen en una zona geográfica determinada, en África,
Asia, Europa se utilizará el lino, la seda, el algodón; en América se usará
variedades de pencos o cabuyas, el maguey, o fibras como el henequén o pita, el
algodón.
En Europa, Asia,
África se usa la lana especialmente de ovejas; en América, se obtienen la lana de:
la llama, del llamingo, de la alpaca, de la vicuña.
LAS
FORMAS DEL TRAJE DE ABYA YALA
Este breve viaje a la etapa Precolombina
de nuestro continente, lo iniciaremos descubriendo las formas del traje de los
Aztecas.
EL
VESTIDO AZTECA
Los aztecas desarrollaron una importante
civilización ubicada en la meseta central del
altiplano de México, fundando su capital Tenochtitlán a orillas del lago
Texcoco. En el territorio del valle de México formaron una sociedad
estratificada de carácter esclavista, en el vértice de la pirámide social se
hallaban los aristócratas dirigidos por el emperador, recordemos por ejemplo a Moctezuma
II, los militares, sacerdotes, todos formaban los tecuctli. Los ciudadanos
libres formaban los macehualli: los artesanos, comerciantes, orfebres,
confeccionistas de ropa, etc.
Los aztecas eran muy cuidadosos con la
higiene de su cuerpo. De mañana, antes de salir se lavaban con agua fría,
usando en lugar de jabón plantas espumosas: Luego del trabajo, se bañaban en
ríos, lagunas, etc. Tomaban baños de vapor en pequeñas cámaras de baño, donde
una de las paredes de piedra era recalentada con la ayuda de un fogón, se
arrojaba agua y se obtenía suficiente vapor, se fregaba el cuerpo con plantas
aromáticas, al terminar se tomaba un baño de agua fría. (Manolescu, Gabriela,
1974, Pág. 65).
El vestuario reflejaba la posición social,
el que usaban las clases altas era confeccionado de algodón, con ricos
bordados, con estampados en frío de hermosos colores con motivos naturales:
zoomorfos, ornitomorfos (formas de aves), malacomorfos( formas de caracol), se
usaba combinado con las plumas del quetzal, ave muy apreciada por los aztecas y
los mayas, ya que posee un plumaje hermoso, con
el cuerpo verde y el pecho rojo con iridiscencias, las plumas de la cola y las
alas son más largas que las del resto del cuerpo.
TIPOS
DE TRAJES
LOS DRAPEADOS
Son formas rectangulares
de tela, de distinto largo y ancho, que se envuelve en el cuerpo. Los aztecas
usaban: el Maxtlatl, el Tilmatli.
TRAJE COSIDO
Lo conforman los
distintos tipos de túnicas- largas, cortas, con mangas, sin mangas, blusones.
TRAJE MASCULINO
Como lo ha mostrado Claude Stresser-Péan,24 la
vestimenta masculina comprendía dos elementos principales: el taparrabos
llamado maxtlatl y la capa llamada tilmahtli (“tilma”
en español de México). El taparrabos era una manta rectangular de varios metros
de largo y 20 cm de ancho que se enrollaba alrededor de la cintura y entre las
piernas. Si estos taparrabos eran usados por todos los representantes de la
población masculina, los de la nobleza llevaban adornos especiales en las
puntas. La capa o tilma era una gran tela cuadrada o rectangular, de algodón o
fibra de maguey, constituida de varios lienzos cosidos; atada en el hombro
derecho, cubría la totalidad del cuerpo del hombre. Las capas de los nobles
llevaban ricos adornos. A estas dos piezas, cabe añadir la chaqueta
llamada xicolli, una túnica de manga corta abierta delante del
pecho, que llegaba debajo de la cintura. Era llevada por la nobleza y los
sacerdotes, principalmente en contexto ritual.
Dehouve, Danièle, El papel de la vestimenta en
los rituales mexicas de “personificación”, https://doi.org/10.4000/nuevomundo.69305
El Maxtlatl, drapeado corto que se arrolla
desde la cintura, envuelve parte de la espalda, pasa por las entrepiernas, se
ajusta mediante una fíbula (especie de prendedor) o con un cinturón. El de los
tecuctli, era confeccionado de algodón, tenía hermosos colores vivos, con
decoración natural o motivos geométricos: zigzag, curvas, ondas, etc. Este
vestido, es la prenda base de los aztecas.
El máxtlatl era un lienzo que cubría los genitales,
pasando entre las piernas y atándose a la cintura. En algunos casos, los
extremos de la tela colgaban al frente o atrás del cuerpo (Rieff Anawalt, en
Arqueología Mexicana, no. 19, p. 11). Según lo muestran numerosas figurillas,
el máxtlatl fue la base de la vestimenta masculina en toda Mesoamérica. Su uso
prioritario permeó tanto en el Altiplano -particularmente en Tlatilco- como en
las culturas del Golfo, sin embargo, no era semejante en todas las regiones. Fundación Cultural
Armella Spitalier, p.11
El Tilmatli, es un drapeado largo, que
forma una especie de mantón que es usado en tiempo frío. Ésta prenda de las capas
conductoras de la sociedad, es ricamente decorada con hermosos diseños de
formas de animales, flores, y motivos geométricos. Cada uno de los rangos de
los tecuctli, tenía una especie de distintivo que señalaba su posición social
El enredo masculino fue usado en combinación con el
máxtlatl, y se elaboraba a partir de un lienzo cuadrado o rectangular, doblado
y sujeto a la cintura. Fundación
Cultural Armella Spitalier, p. 12
El del emperador se denomina xiultilmatli (Manolescu,
Gabriela, 1974, Pág. 66), es muy lujoso de color verde alabastro con pedrería
de turquesa. El xiultilmatli que se usaba en la ceremonia de consagración del
emperador, era de color verde, con cráneos pintados y huesos, coronado por una
diadema de oro y turquesa, tenía en la mano un bastón de mando con la forma de
una serpiente (Ídem, Pág. 38).
En
público, el emperador se vistió espléndidamente con ropas intrincadamente
tejidas, magníficas joyas en piedras preciosas y oro, y plumas de quetzal
iridiscentes como prueba de su fuerte tonalidad. Los nobles, creían los
aztecas, tenían un tono diferente al de los hombres y mujeres comunes. A ellos
también se les otorgó ropa especial y rica, al igual que los guerreros que
habían demostrado la fuerza de los poderes vitales a través de su valentía y
supervivencia en muchas batallas. Solo aquellos que ya poseían una gran
tonalidad podían esperar recibir fuerza vital adicional. Traducción del inglés.
Leslie McKeever Furst,
.Jill “Food for the Gods" Expedition Magazine 45.2
(2003): n. pag. Expedition Magazine. Penn Museum, 2003 Web. 22
Aug 2020 <http://www.penn.museum/sites/expedition/?p=7940>
Los militares usaban una túnica de algodón
denominada ichcahupilli, se cubrían la cabeza con una especie de casco de
corteza de madera reforzado con plumas. Los comandantes se distinguían porque
llevaban hermosos mantos, el tilmatli, que portaban sujetos en el hombro,
tenían hermosos diseños y con una especie de brillantes emblemas en la espalda.
Las prendas estaban constituidas por una túnica-el ichca huipilli, y un
manto-el tilmatli. también una túnica de mangas cortas denominada xicoli.
En la cabeza de la
cúpula administrativo militar se hallaba el Cihuacoatl, una especie de rango de
Virrey, quién además era el fiscal del imperio azteca; se encargaba de
aprovisionar de todo lo necesario a los guerreros y de abastecer al palacio. Su
vestido era un ichcahupilli y un tilmatli de color blanco y negro, colores que
sólo él, los podía usar.
Y es que, según nos cuentan las crónicas, los
guerreros aztecas vestían espectaculares trajes de batalla elaborados con
plumas multicolores, pieles de jaguar, turquesas, corales, plata y oro, que
exhibían orgullosos porque los gobernantes aztecas «cuidaban mucho distinguir
las personas por sus insignias, sobre todo en la guerra»2 Bueno Bravo, Isabel. Las
Armas y los Uniformes de los Guerreros Aztecas, Revista de Historia Militar, N
111, 2012, p.12
El ejército azteca estaba altamente especializado,
ampliamente respaldado por la sociedad y el Estado, que no dudaba en destinar
grandes recursos a los asuntos militares y no me refiero únicamente a los
inherentes al despliegue bélico, sino a la existencia de tribunales castrenses,
edificios para sus ritos y reuniones, también buena parte de los productos de
lujo que se reservaban para recompensar las hazañas guerreras, además de
incluir en el calendario gran cantidad de fiestas relacionadas con el mundo
militar. Sin duda, éstas eran las que más predicamento social tenían, porque en
ellas el Estado hacía gala de su liberalidad, haciendo partícipe de los
triunfos militares a toda la comunidad, en grandiosos espectáculos públicos
donde se recompensaba a los mejores guerreros y se les encumbraba a la categoría
de héroes. Bueno Bravo, Isabel. p.13
Los guerreros eran
parte de la jerarquía privilegiada del imperio, obtenían sus rangos militares
de conformidad con sus méritos personales, asociados, con el número de
prisioneros capturados en combate.
El número de prisioneros y si se hacían en solitario o
en grupo marcaba el ascenso militar. Los distintos grados, las unidades
tácticas, incluso la filiación étnica quedaban definidas por el uso distintivo
de los trajes, las divisas, las armas y los peinados, todo ello regulado en
unas ordenanzas dictadas por Moctezuma I4. En ellas dejaban claro quién, por
qué y en qué circunstancias podía vestir de determinada manera e infringir
estas normas se pagaba con la vida, pero antes de disfrutar de estos
privilegios los jóvenes aztecas tenían la obligación de asistir a las escuelas,
patrocinadas por el Estado, donde aprendían las artes militares. Los nobles
estudiaban en el calmecac y terminaban su formación en el telpochcalli. La
primera era una escuela para oficiales y en la segunda recibían la formación
física, aprendían el manejo de las armas y las técnicas del combate cuerpo a
cuerpo. Bueno Bravo, Isabel. p.14
El Iyac era el que prendía a un
prisionero, tenía derecho a portar una túnica y un manto de forma cuadrada, que
llevaba en la espalda cuatro flores.
Aquel que
capturaba a dos prisioneros, usaba un manto anaranjado, tenía derecho a portar
un escudo, y estaba obligado a cambiar de peinado y a usar un ornamento formado
por plumas.
Las dos primeras capturas en solitario eran muy
celebradas. El novato recibía el nombre de «telpuchyaquitlamani, que quiere
dezir «mancebo guerrero y captivador», en esta ceremonia se teñía el cuerpo de
amarillo y la cara de rojo, con las sienes amarillas y recibía del gobernante
dos mantas y dos maxtles o bragueros (fig.1.4) con diseños distintivos de su
nuevo rango, para que públicamente fuera reconocido su esfuerzo «y de allí
adelante tenía licencia de traer mantas y maxtles labradas siempre»7 Bueno
Bravo, Isabel. p.15
Los que tomaban tres prisioneros usaban un
manto más rico bordado con cuatro conchas en la parte delantera, en la espalda
se bordaba con plumas un diseño que recordaba una mariposa.
Haber realizado tres capturas no solo proporcionaba
recompensas materiales, sino que permitía capitanear una compañía y enseñar en
el telpochcalli y el cuicalli. Bueno
Bravo, Isabel. p.15
Desde el momento que capturaban un cuarto
prisionero, devenían caballero halcón, su manto era dividido en diagonal con campos
rojos y negros, tenía derecho a portar una especie de cota (refuerzo de tela
más gruesa en el corpiño), el escudo era reforzado con metal (probablemente
cobre u oro) que tenían en relieve figuras simbólicas.
Con cuatro o cinco capturas el guerrero entraba en la
élite militar. Se le nombraba tlacochcálcatl o tlacatécatl y podía frecuentar
los espacios destinados a los altos mandos De seis a diez capturas, recibían las
mayores honras y recompensas materiales, pero a partir de este momento habían
alcanzado el techo en la escala militar y la única forma de aumentar el
prestigio social era cautivando enemigos de provincias muy concretas, con fama
de valientes. Éstas eran Atlixco, Huexotzingo o Tliliuhquitépec. Bueno Bravo,
Isabel. p.16
Los militares usaban trajes los que
denotaban la jerarquía, estaban compuestos por diversos materiales, insignias y
ornamentos.
El nombre genérico para designar al traje que usaban
en la batalla era tlahuiztli. Como hemos visto, al inicio de la carrera militar
tanto los nobles como los plebeyos partían de cero hasta hacer su primera
captura, tras la cual se les permitía utilizar en la batalla una ichcahuipilli
o armadura de algodón y una coleta con un mechón recogido en la coronilla
(fig.1). Pero a partir de este momento sólo los nobles podían disfrutar plenamente
de ascensos y todo tipo de recompensas sin restricciones.
Los trajes de los nobles estaban realizados con
materiales que los plebeyos no podían utilizar, principalmente plumas. Estos
trajes se colocaban encima de la armadura de algodón que, junto a los impresionantes
penachos de plumas sobre la cabeza, les proporcionaba una imagen formidable
frente al enemigo. Dentro del mismo grado militar encontramos variaciones que
se definían a través del color, las divisas o refinados ornamentos, como
bezotes, narigueras u orejeras. Bueno
Bravo, Isabel. p.16p.16
Guerrero Cuachic Estos guerreros eran los más
valientes de la elite azteca por haber «sobrepujado sus hechos y valentías, en
número de veinte»10. Su aspecto era tan feroz que no necesitaban ningún traje
especial para inspirar terror en el enemigo. Iban prácticamente desnudos, sin
que las inclemencias del tiempo hicieran mella en ellos. Utilizaban peinados y
pinturas corporales como distintivo de su pertenencia a esta unidad. Su valor
era legendario de tal forma que preferían morir antes que retroceder.
Guerrero Otomí Otomíes y cuachic compartían el
juramento de no retroceder ante el enemigo, custodiar a los novatos en la
batalla y ser considerados los guerreros más valientes del ejército imperial. Bueno Bravo, Isabel. p.16 Bueno Bravo, Isabel.
p.16 Bueno Bravo, Isabel. p.16p.18
Guerrero águila (fig.2) Sin duda es el guerrero que
alimenta el imaginario azteca, sin embargo, es una paradoja comprobar que, a
pesar de ello, no es el más representado14, quizás la razón se deba a su propia
exclusividad ya que sobre la ar Bueno Bravo, Isabel. p.16p.19
madura de algodón se ponían un mono recubierto de
plumas y éstas eran un producto de lujo muy exclusivo, que sólo algunos
privilegiados podían utilizar con permiso real. El traje se acompañaba de un
casco con la forma de la cabeza de un águila, por cuyo pico abierto el guerrero
mostraba su rostro. Guerrero Jaguar (fig.3) Junto al guerrero águila el ocelotl
o guerrero jaguar es la tipología que más se asocia con la ideología guerrera
azteca y como señala Justyna Olko15 la identificación guerrero-azteca
guerrero-jaguar debió estar fuertemente arraigada hasta bien entrado el siglo
XVIII, por su representación en documentos de esa época. Este traje aparece en
las listas de tributos exigidos a diferentes provincias. Unas veces
confeccionado y otras simplemente las pieles curtidas. Era de cuerpo entero,
atado por la espalda y elaborado en algodón, imitando la piel del felino, o con
el propio cuero. Los había de distintos colores y, a veces, por su iconografía
parecen estar elaborados con plumas. En cualquier caso, los aztecas eran
expertos tintoreros y los productos para teñir garantizaban su permanencia tras
los lavados16. Además del traje completo había otro que se hacía de tiras de
piel llamado oceloehuatl que podían usar los plebeyos cuando alcanzaban la
máxima categoría militar. (Ver caballero pardo)
Guerrero coyote (fig.4) Estos trajes los exigía
Tenochtitlan como tributo a diferentes provincias para recompensar a los guerreros
que tenían al menos seis capturas individuales. Eran trajes de cuerpo entero,
atados por la espalda. Los hay de diferentes colores y materiales como el
tozcoyotl con plumas amarillas de papagayo, el citlalcoyotl con plumas de pava
y cuyo diseño representaba el cielo estrellado, el blanco o coyotl iztac, el
denominado tlecoyotl o coyote de fuego, que se decoraba con plumas brillantes o
flecos teñidos de algodón o papel, el tlapalcoyotl de color rojo. Llevaban
casco con forma de cabeza de coyote, rematado con un penacho de plumas de
quetzal y utilizaba escudos de tipología variada –cuexyo, xicalcoliuhqui o
tlilxapo (fig.4.1). No parecen llevar asociada ninguna divisa, aunque en los
Primeros Memoriales sí aparecen como tal en varios colores. Bueno Bravo, Isabel. p.20
Guerrero Tzitzimitl Los tzizimines eran una especie de
«monstruos» que amenazaban a los mortales en los momentos de oscuridad, como
eclipses o durante la ceremonia del Fuego Nuevo. El traje era de una pieza,
atado por la espalda, de color blanco, azul o amarillo y en el pecho llevaba
dibujado un corazón17 o un hígado18. Lo más espectacular era el casco que
representaba una ca Bueno Bravo, Isabel p.22
lavera humana, por cuyas mandíbulas abiertas el
guerrero veía, en la parte alta llevaba una concha o una flor y se remataba con
un penacho de plumas verdes. El escudo que utilizaba era del tipo Cuexyo
(verde/rojo) (fig.2.1) y xicalcoliuhqui (fig.8.2). Este traje parece de uso
exclusivo del gobernante y el tlacochcalcatl o Jefe de la Casa de los Dardos.
Guerrero con traje de Xipe Totec Xipe Totec era un importantísimo dios al que
se le dedicaba una de las festividades más relevantes del calendario azteca: la
fiesta de Tlacaxipehualiztli. De todos los tipos de trajes para nobles éste
parece ser el único que vestía exclusivamente el tlatoani o gobernante
-Moctezuma Xocoyotzin lo llevó en su guerra de coronación, en color rojo- Bueno
Bravo, Isabel p.19.
Guerrero huaxteco o cuextecatl (fig.5) La Huaxteca era
una región que los aztecas codiciaban por sus productos costeros y por el
acceso a vías comerciales importantes. En 1440 el primero de los Moctezuma se
lanzó a su conquista, sin embargo entre los tributos que impuso no estaba el
traje de guerrero que llevaba su nombre23 y que gozó de una enorme popularidad,
ya que todo guerrero que hubiera realizado dos capturas podía utilizarlo. Era
un traje completo, atado por la espalda, de color rojo, azul, amarillo o
bicolor con unas rayas negras horizontales. En lugar de casco llevaba un gorro
puntiagudo denominado copilli, que en la parte frontal tenía un circulito de
oro. Se completaba con otros adornos como la yacameztli que era una nariguera
con forma de media luna elaborada en oro y un pendiente largo de algodón. Este
guerrero también tenía derecho a usar sandalias y mantas de ciertos diseños,
con las que se reconocía su categoría militar cuando estaba fuera de
servicio24. Los caballeros pardos En la sociedad azteca la guerra era casi la
única posibilidad de ascenso social y la forma de hacerlo era la misma para
nobles y plebeyos. Sin embargo, en la práctica los plebeyos no podían alcanzar
las mismas consideraciones que los nobles. Si bien el rey recompensaba a todos
los valientes, éstas no eran del mismo valor para unos que para otros, incluso,
aunque pudieran llegar a ser guerreros de élite, no formaban parte de las
sociedades de los nobles. Estos esforzados plebeyos a lo más que llegaban era a
caballeros pardos. «Para los cuales tenían particulares premios y mercedes, con
que los diferenciaban de los nacidos de principales, dándoles particulares
divisas y armas, para que, en fin, fuesen conocidos por caballeros privados
pardos y diferenciados de los demás» Bueno Bravo, Isabel p.24
Trajes enteros A los trajes prehispánicos que cubrían
todo el tronco y las extremidades se les llama trajes enteros. Estas prendas
tenían un carácter bélico ya que fueron usadas principalmente por guerreros,
sin embargo, en su primera aparición arqueológica, el traje entero viste y
cubre a un chamán. Se han encontrado representaciones pictográficas de hombres
vestidos como jaguares y armados y decorados con escudos e insignias, como
aparecen en los murales teotihuacanos. En la cultura azteca, se sabe que
algunos hombres usaban trajes de tigre, y trajes elaborados con plumas de cuatro
colores: uno de los 13 atuendos militares. Fundación Cultural Armella Spitalier, p.
14
Los sacerdotes usaban trajes ceremoniales de distinto tipo conforme era el rito, entre estos una túnica y un manto negro y verde que llevaban bordado diseño de cráneos y huesos.
VESTIDO FEMENINO
El vestido base de las mujeres estaba
constituido por una especie de blusa con cuello redondo u oblongo, denominada
huipilli, y, un drapeado que formaba una especie de falda, el cueitl. Las
prendas de las mujeres de las clases conductoras, era de gran calidad, hechas
de algodón con bordados de motivos naturales, y hermosos colores. Gustaban
mucho del adorno personal, llevaban hermosos tocados de plumas de quetzal, se
decoraban con collares, brazaletes, narigueras, besotes (en los labios), aretes
de oro, plata, con incrustaciones de piedras semipreciosas: jade, turquesa.
La vestimenta femenina comprendía una
falda llamada cueitl hecha de una manta rectangular larga
enrollada alrededor de la cintura. El busto estaba cubierto por una camisa
llamada huipilli (“huipil” en el español de México), corta o
larga, o una camisa puntiaguda llamada quechquemitl. Todas estas
prendas podían ser ricamente adornadas. Dehouve, Danièle, Ídem
El cuéitl consistía en un paño rectangular que se
enredaba alrededor de la cintura y se sujetaba con una cinta llamada nelpiloni,
que hacía las veces de cinturón. Esta especie de falda cubría a las mujeres de
todo rango social. La distinción de estrato en esta prenda no dependía de la
forma sino de la decoración o carencia de ella. Fundación Cultural Armella Spitalier,
p.8
El uipilli o huipil ha sido una de las prendas más
características de Mesoamérica. Tuvo un uso extendido desde principios del
Clásico hasta la llegada de los conquistadores. El huipil consiste en la unión
de dos o más lienzos que forman una túnica suelta y sin mangas, usada por las
mujeres mayas para cubrir sus torsos.
El Quechquémitl está conformado por dos rectángulos
cosidos, de manera que los picos caen al frente y por atrás, formando
triángulos. Para ponérselo, se desliza por la cabeza. Este atavío parece ser
originario de la costa del Golfo, pues fue la prenda característica de esa
región. Fundación Cultural Armella Spitalier,
p.9
EL CALZADO
El calzado estaba
constituido por una especie de sandalias, tejidas con fibras vegetales, de
maguey (especie de penco), que se denominan cactli. Los de los tecuctli eran de
cuero de animales, ligadas a la pierna con una especie de correas largas que
rodeaban la pierna más arriba del tobillo. Las del emperador, tenían
incrustaciones de oro, plata, jade, turquesa.
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